18 ene 2013

No es el porque lo hago, sino para que...

Orgasmos firmados con mililitros rojos.... Con pinceladas de insensible acero inoxidable, de filosofía escurrida y de oleajes salados de los ojos al pecho.
Orgasmos de vibrantes heridas físicas que punzan menos que los recuerdos, tus recuerdos que me estímulan en la bañera para venirme agonizante en soledad.
He procurado hacérmelo en las noches y esquivar todo ser viviente por el día... Si hubiese sabido lo que es una despedida... Si tan solo...
Quien diría que eso del ciclo de la vida afectaría tanto mi funcional rutina? Que no soy tan fuerte como aparentaba y que como muchos, no estoy preparada para decir adiós, que no se que significa la resignación, que no sé que hacer porque nunca estará de regreso...
Desde hace dos estaciones solo abrazo la almohada, pero es que ella nunca miente, no falla, siempre calla...
Tu puedes mirar bajo mi ropa de luto unos brazos con lesiones y cicatricez, pero te aseguro que esos conceptos solo se llevan verdaderamente en las profundidades del alma...

Dedicado con cariño y respeto a I.

4 comentarios:

  1. Pues muchas gracias, me alegro que te guste, un placer leerte también. te dejo un abrazo grande.

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  2. La almohada... si ella pudiera hablar... donde recae todo el peso de nuestros sueños, lágrimas, risas, mordiscos y gemidos... gran compañera, en las noches que "ella" o "él", nos falta.

    Un abrazo grande, y gracias por pasarte por mi blog ;)

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